Los repollos son cultivos de clima templado y se dan mejor en climas marítimos (con bastante humedad). Los repollos se desarrollan a temperaturas superiores a 7ºC y mejor desarrollo tienen entre 15 y 18ºC. Con temperaturas más altas son más propensos a desarrollar puntas quemadas. Temperaturas superiores a 27ºC podrán provocar un desarrollo de tallo floral, impulsando las cabezas a abrirse. Tienen una tolerancia a las heladas sumamente alta. Lo más común es hacer un trasplante de siembra en el invernadero al campo abierto.
Los repollos requieren un suministro constante de agua y tierra que permite aeración a las raíces. En suelos ligeros, sobre todo en zonas de clima más caluroso, es imprescindible regar. Falta de agua da un mal desarrollo de las hojas exteriores combinado con cabezas duras y pequeñas y un sabor más fuerte. Riego después de un periodo de sequía puede dar cuarteaduras de las cabezas por un rápido aumento en desarrollo. Las variedades precoces de repollo son aptos para lugares con arranque temprano en primavera y bajo riesgo de heladas.
Repollo de otoño y para almacenaje se dan bien en suelos medio pesados, profundos y con temperaturas más templadas.
La coliflor es un cultivo de temporada fresca en climas marítimos con requerimientos exactos para producir la mejor cabeza. La temperatura mínima promedia para coliflor de invierno debe de estar por encima de 4°C y antes de que empiece el desarrollo de las cabezas puede tolerar cortos periodos de heladas hasta -10ºC. Temperaturas óptimas de día son de 18 a 20ºC.
La producción de hojas tiene que estar óptima para cubrir bien y proteger la cabeza para que sea de un color blanco uniforme.
Brócoli es una brassica resistente de clima fresco que germina y crece entre 4 y 35°C. Temperaturas óptimas son 16 a 18°C. A pesar de ser una planta de clima fresco, hay mucha producción en climas más calurosos, pero aquí la variedad es clave.
Riego y buen control de humedad del suelo es importante y temperaturas extremas pueden dar crecimiento acelerado y médula hueca.
Col de Bruselas es un cultivo de clima fresco y tiene mejor desarrollo cuando la temperatura de día está cerca de los 18°C o menos como promedio. La mejor calidad se produce bajo condiciones casi invernales con mucha luz.
Temperaturas altas resultan en productos de mala calidad, las cabecillas terminan infladas y sueltas. La col de Bruselas resiste fuertes heladas. Con frecuencia se cultiva para cosechar en invierno cuando los coles son más duros y con un sabor más suave.
Las Brassicas de hojas tienen un ciclo de desarrollo de 4 a 5 semanas y necesitan un buen equilibrio nitrógeno/potasio para una buena producción. Hasta 7 – 9 ciclos por año es normal con cortes regulares de cultivos de baja estatura. Se desarrollan mejor en ambientes frescos y húmedos, pero comúnmente se cultivan bajo clima más cálido y que da con un ciclo rápido.
Floración iniciada por temperaturas frías puede ser un problema en cultivos sembrados demasiado temprano en primavera en climas templados.